Palabra
para el mañana
Referente del
deporte cordobés, la ex Top 20 del ranking mundial comparte sus reflexiones
sobre proyectos, desarrollo y el futuro del tenis nacional. Párrafo aparte para
su mejor amiga en el Tour, Steffi Graf, y los mejores momentos de su carrera.
Pocas personas en
Argentina pueden opinar con tanta autoridad y perspectiva sobre la formación del deporte blanco en el país. Inés
ha traspasado los límites de los courts, empapando con su conocimiento el terreno
organizativo. Primero con Sports Dream y luego, desde el 2007, con su propia academia,
cuya base está en Villa Allende.
En un dialogo con BATennis en la sexta
etapa de torneos nacionales femeninos que organiza Silvana Palasciano en las
canchas de River Plate, Buenos Aires, la verduga de la eterna Martina
Navratilova aporta su visión actual del tenis, tan vigente como en sus años de
jugadora, mientras sigue de cerca los pasos de sus pupilas Carolina Costamagna
y Sofía Blanco.
El primero de los puntos
en abarcar es el challenger masculino, inusual en el centro del país y próximo
a realizarse a mediados de octubre. Con una sonrisa en su rostro y un tono
lleno de orgullo, la dueña de la academia que lleva su nombre se expresa la
importancia de este logro para la provincia: “Estamos sumamente entusiasmados.
Para el interior, este tipo de torneos son muy importantes. Queremos tener una
fecha fija e ir haciéndola crecer año a año”, explica acerca del certamen, que
será parte de una gira de tres etapas junto a San Juan y Buenos Aires, en busca
de atraer jugadores extranjeros que sumen rodeo a los locales.
Las
urgencias del femenino
Si bien el tenis
masculino augura buenos tiempos, las chicas están pasando una de las etapas más
oscuras de la historia. Una de las señales de alarma más preocupantes para el
tenis femenino se produjo este año cuando por primera vez en la Era Abierta
(desde 1975), ninguna argentina o latinoamericana se encuentra entre las 100
mejores del mundo, luego del descenso en el ranking de Gisela Dulko.
¿Cómo debería
actuarse para revertir esta tendencia a nivel regional?
Evidentemente estamos haciendo algo mal en
Sudamérica. La COSAT (Confederación sudamericana de Tenis) debería estar más
organizada, con personas de funciones
específicas. Es indispensable que armen un departamento femenino.
La clásica
diferencia con los hombres...
Los hombres van mucho más solos, funcionan
mejor porque tienen muchos torneos, calendario fijo y los entrenadores están
más acostumbrados a trabajar con ellos y no con las mujeres. Hay que empezar a prever
y armar bases mediante distintos escalones de un programa en serio, escrito y
de etapas.
A poco más de un año y medio de su
creación, ¿Cuál creés que fue el efecto que tuvo el departamento de tenis
femenino de la AAT?
Me parece fundamental. Fui una de las
propulsoras de esa decisión y en que ese estuviera funcionando. Que hayan
sumado a Silvana (Palasciano, directora), una de las personas con más empuje y
que más conoce a las chicas es muy importante. Se sienten ganas de querer hacer
más por las mujeres. No sólo montar un torneo, sino también estar involucrado,
saber qué les pasa. Como el viaje del “Bicho”
(Héctor Romani, vicepresidente de la AAT) a Curitiba para la Fed Cup este año.
Eso suma muchísimo. El tenis femenino tiene un componente emocional tan
grande que las jugadoras necesitan
sentir el apoyo de dirigencia, entrenadores y
todos los que componen su entorno.
Perspectivas
en Fed Cup
El 2012 también es
el año del ascenso del equipo nacional al Grupo Mundial II en la competencia espejo de la Davis. La serie frente a China, que
contó con una convocatoria record que sólo los tiempos de Sabatini superan,
abrió una nueva puerta. La no convocatoria
de las ex doblistas número uno Paola Suárez y Gisela Dulko a favor de la
incorporación de Paula Ormaechea y el rodaje a chicas jóvenes son algunas de
los puntos a reflexionar.
¿Compartís la
decisión de Bettina Fulco de apostar por un equipo joven?
Sí, fue buenísima. Yo creo que hay que lograr
esta transición entre las que tienen más experiencia e ir preparando a las más
chicas. Y también debe darse lugar a ese
grupo del medio, el sólido, para que pueda tomar cada vez más seguridad. Copa
Fed y Davis son competencias donde no influye sólo el nivel de juego, sino también el estado anímico.
Mientras las chicas puedan sacarse el miedo de competir bajo esa presión lo
antes posible, es muy positivo.
Toda un envión
anímico para las jugadoras…
Están empezando a sentir el apoyo tanto de la Asociación
y del público. Le hizo indudablemente muy bien a (Paula) Ormaechea el ser
protagonista, el bancarse la presión que es jugar de local en su país y no
llevar la carga, sino liderar el equipo. Para su crecimiento es espectacular,
es una jugadora que me encanta. Con ella a la cabeza, y las demás chicas como
(Mailén) Auroux, (María) Irigoyen y (Florencia) Molinero y todas las que se
vayan sumando, puede formarse un equipo sólido para lo que viene.
¿Te gustaría ser
capitana en un futuro próximo?
Estoy en una etapa de mi vida en la que
resultaría complicado en cuanto al rol que cumplo en la Academia; Tengo a mis
hijos todavía chicos. Indudablemente, no lo descarto a futuro. Me parece bueno
que sea el momento de Bettina. Es muy valioso que las ex jugadoras estemos
involucradas en la parte de desarrollo de las chicas, como Mariana Díaz Oliva y
María José Gaidano, entre otras. Eso ayuda mucho y nutre a los entrenadores.
Córdoba
y sus esperanzas
Inés no se olvida
de su provincia, parte importante en su desarrollo en materia tenística. Estos
días la encuentran no sólo como pionera en enseñanza, sino también acompaña a
las proyecciones. Sofía Blanco y Carolina Costamagna son dos de sus pupilas. Analítica
y aguda, elogia el talento de la segunda dentro y fuera de la cancha: “Carolina
entrena hace un mes y medio con nosotros. Es sumamente talentosa, me gustó
mucho cómo compite y estamos trabajando en su entrenamiento, el punto que debe
mejorar”.
Otro de los
talentos for export es Facundo
Argüello, el mayor exponente sub 20 actual en la provincia. “Es un tipo
talentosísimo que va a ser Top 100. Dependerá
de él y de si tiene esa suerte. Tendrá que seguir trabajando con su
cabeza y su madurez con la intensidad con la que entrena”.
De Pedro Cachín, el
mejor cordobés junior en el mundo, que esta temporada avanzó 900 lugares en el
listado ITF, también habló con
entusiasmo: “Pedro tiene una voluntad impresionante, casi de acero para jugar. Creo
que esas ganas y entrega lo van a ir haciendo crecer mucho”.
En relación a la
Federación Cordobesa y la AAT, ¿tienen planes de hacer más torneos juntos?
Sí.
Hemos pedido una de las plazas para la gira femenina que la asociación
está armando para septiembre. En cuanto
a la Federación Cordobesa, es una de las que más hace torneos en el país, como
Villa María y Villa Del Dique. Hay buena cantidad tanto en el circuito de
profesionales como menores y un muy buen sub-lote de varios varones en
inferiores. El tenis de Córdoba siempre ha dado buenos jugadores.
La
élite, Steffi y un recorrido personal
En cuanto a tenis
internacional, suele decirse que el tenis femenino es mucho más unidimensional
que el de hombres ¿Estas de acuerdo con esta afirmación?
Son etapas. Tiene que ver con el atractivo o
no de las jugadoras del momento. En los 90s, Martina Navratilova, Gaby
Sabatini, Steffi Graf y compañía vendían muchísimo. Hoy no hay una líder tan
marcada. María Sharapova puede ser la
que lleve esa bandera en la medida que sostenga triunfos, porque es sumamente
carismática. Ha tenido una evolución personal grande. Esas jugadoras impulsan a
que la gente se involucre y quiera verlas. También el circuito masculino es tan
fuerte e impresionante con tantos jugadores buenos que es difícil competir. Por
eso es mucho más atractivo.
Mencionaste a
Steffi Graf, una de tus mejores amigas en el circuito. ¿Siguen en
contacto? ¿Te gustaría planear una
exhibición con ella en el país?
Sí, hablamos todas las semanas y una o dos
veces al año nos vemos. Ni me planteo una exhibición. Generalmente, con Steffi
nunca hemos tenido ningún tipo de
relación que tenga que ver con el trabajo. Siempre ha sido de amistad y es una
persona que aprecio muchísimo.
Si tuvieras que
decir tres momentos en tu carrera profesional, ¿cuáles serían?
Fácil. Los Juegos Olímpicos en Atlanta 1996,
por esas victorias muy buenas como ante Mary Pierce, y el orgullo y la emoción
de haber participado. En cuanto al resultado más significativo, ganarle a
Navratilova en 1993. Y llegar a cuartos de final en Roland Garros de 1994, porque
esa fue una semana en la que cerró todo.
Cuando el sol
comienza a esconderse detrás del Monumental, y los partidos de tenis van
llegando a su fin, Inés Gorrochategui saluda atentamente y comienza a caminar
junto a su equipo de trabajo. Sus años como jugadora quedaron atrás como el día
que va dejando lugar a la noche, pero su experiencia sigue empapando al deporte
que le dio todo. El mismo que espera que muchos chicos y chicas del país hoy
practican.
Por Sebastián Capristo
Especial para BATennis